miércoles, 2 de septiembre de 2009

Consumismo

El consumo mueve el motor de nuestra economía. Dejar de comprar o evitar llevar a nuestros hogares muchas cosas, además de ahorrarnos tiempo, ayuda a que gastemos menos y exijamos más calidad y atención a nuestro entorno a la hora de ofrecernos nuevos productos.

Es difícil negar que cada uno de nosotros en nuestras rutinas incluimos el consumo de algún producto, bien o servicio como algo básico de nuestro quehacer diario. Lo hacemos por necesidad, por la seducción de tenerlo o simplemente de manera inconsciente. Lo importante es que cada día llevamos o usamos en nuestro hogar productos que también impactan negativa y positivamente sobre cada uno de nosotros, el medio ambiente, la salud, la sociedad y su sistema económico.
Actualmente las personas consumimos un 25% más de los recursos naturales con los que cuenta la Tierra y se espera que en medio siglo, sean necesarios dos planetas para cubrir necesidades básicas como son el agua, la energía y los alimentos. Hay que recordar que hoy en día muchos países ya tienen problemas para encontrar agua potable y alimentos, mientras que otra parte del mundo sufre de altas cuotas de contaminación y cambios de temperatura.
Consumimos un 25% más de los recursos naturales de la Tierra y en medio siglo serán necesarios dos planetas para cubrir las necesidades básicas
Somos conscientes de que vivimos una época de consumismo descontrolado y con él una gran explotación de recursos naturales. Cada vez es más difícil escaparse de esa enorme lista de productos que se nos venden de forma insistente y que una vez llenen nuestros hogares, nos da paso a la búsqueda de más cosas, generándose siempre la sensación de que nunca terminaremos de sentir que tenemos suficiente. También es habitual que asumamos las opciones más fáciles, más económicas y acordes a la moda.
Sin embargo, las personas pueden participar de un consumo consciente, una oportunidad para replantear la forma de consumir gracias a preguntas tan simples como son ¿Para qué quiero este producto?, ¿Lo tengo que comprar o lo puedo conseguir de otras formas?, si lo compro ¿A qué empresa aporto mi dinero y qué compromisos tiene con el bienestar social?, ¿Qué efectos tiene sobre el medioambiente? Y ¿Cuál de las opciones nos parece más acertada? ¿Cómo actuar desde mi hogar para no malgastar cosas tan básicas como la luz y el agua?.
Practicar el consumo responsable puede comenzar con actos sencillos como observar cada día qué y de qué forma consumimos
Poner en práctica el consumo responsable puede comenzar con actos tan sencillos como observar qué cosas utilizamos y de qué forma. También podemos dedicar más tiempo a informarnos e identificar las alternativas más válidas a la hora de elegir. Dejar de comprar o consumir muchas cosas, además de ahorrarnos tiempo, ayuda a que gastemos menos y exijamos más calidad y atención a nuestro entorno a la hora de ofrecernos nuevos productos.
Participar del consumo responsable ayuda a que poco a poco valoremos y disfrutemos más de las cosas y nos da paso a que nos liberemos de la insatisfacción permanente de no tener todo lo que creemos y se nos vende como necesario para estar al día en nuestra sociedad.
El consumidor de hoy tiene la tarea de intentar crear un equilibrio entre su satisfacción personal y la protección de su entorno. El acto de consumir conscientemente tiene la ventaja de que se puede hacer de forma constante y día a día, ya que es una acción que se hace a diario en cada hogar, familia y persona.
CÓMO ACTUAR
Si es cuestión de acudir a un supermercado, encontramos trucos para ahorrar hasta un 30% de nuestra cuenta. Así lo aconseja Reinaldo Domingos, autor del libro Terapia financiera:
* Apunta todo, antes de salir, haz una relación de los productos que faltan en casa.
* No detenerse en las secciones donde no hay los ítems presentes en su lista.* Evitar la compra del mes, así se podrán aprovechar más las ofertas de cada semana
* Buscar abajo. En general, los productos que están en la altura de los ojos, son más caros.
* Llevar marcas blancas del supermercado, suelen ser más baratas que las otras.
* Desconfíar de las ofertas. Al encontrar promoción del tipo: “pague 1 lleve 2”, confiere el precio individual.
* No hacer caso de los productos que están junto a la caja, aumentan en hasta 15% tu compra.
* Ir al mercado de la calle o a la carnicería. Comprar frutas, legumbres y carnes en mercados de calle, frutería o carnicería ya que los precios son mejores.
Una de las formas de interactuar con la sociedad y con el bombardeo publicitario es:
* Planear las compras: no sea impulsivo en las compras ya que la impulsividad ayuda a gastar más. Si planea anticipadamente, podrá comprar menos y mejor.
* Evaluar los impactos del propio consumo: tenga en consideración el medio ambiente y la sociedad en sus elecciones de consumo.
* Consumir apenas lo necesario: reflexione sobre sus necesidades y procure vivir con menos.* Reutilizar los productos y embalajes: no compre otra vez lo que usted puede conservar, transformar o reutilizar.
* No comprar productos piratas o de contrabando: compre siempre en comercios autorizados y, de esa forma, contribuya a generar empleos para combatir e crimen organizado y la violencia.* Contribuir a mejorar los productos y servicios: adopte una postura activa. Envíe a las empresas sugerencias y críticas constructivas sobre sus productos y servicios.
* Difundir el consumo conciente: sea un militante de la causa: sensibilice a otros consumidores y disemine la información, valores y prácticas del consumo conciente.
* Reflexionar sobre sus valores: evalúe constantemente los principios que guían sus elecciones y hábitos de consumo.
A la hora de hablar de reciclaje, es importante tener en cuenta:
* Separe su basura: recicle y contribuya a la conservación de los recursos naturales, reduciendo la contaminación ambiental y la generación de residuos. Conozca y valorice las prácticas de responsabilidad social de las empresas: en sus elecciones de consumo, no busque sólo precio y calidad. Valorice a las empresas en función de su responsabilidad para con sus empleados, la sociedad y el medio ambiente.
* Los frascos y latas pueden reutilizarse para guardar infinidad de cosas.
* Los papeles impresos nos sirven de hojas borrador.
* Imprimamos sólo cuando realmente sea necesario, utilizando ambas caras del papel
* Los residuos orgánicos (restos de comida, cáscara de frutas, etc.), pueden emplearse para la fabricación de compost (un fertilizante natural que sirve de alimento para las plantas).
* Separemos en nuestra basura los materiales reciclables (papel y cartón, vidrios, latas, etc.) de los que no lo son. Sin bien no hay una recolección selectiva existen muchas personas de escasos recursos que viven de esta basura tan valiosa, recorren las calles en su búsqueda y luego las venden para su reciclado.
La energía es parte de esta campaña de consumo consciente y para ahorrar tenemos estos consejos:
* Ahorremos en la iluminación, evitando encender lámparas durante el día.
* Apaguemos las luces que no usamos. En la noche no dejemos prendidas lámparas de bajo consumo.
* Desconectemos el televisor cuando no lo usamos. Apaguemos las luces y los aparatos eléctricos que no estamos utilizando en ese momento.
* Utilicemos luces próximas para trabajos como leer, estudiar o ver televisión y eliminemos luces indirectas.
* Cambiemos las bombillas "normales" (incandescentes) por otras de bajo consumo. El precio de compra es mayor, pero habremos amortizado la inversión en 2 años, pues consumen un 80% menos y duran 8 veces más.
* Pintemos nuestra casa con colores claros, ya que absorben menos luz.
El agua como uno de los elementos más importantes de nuestra vida diaria requiere de consejos como:
* Cerremos el grifo después de lavarnos los dientes, las manos o afeitarnos ya que podemos ahorrar hasta 10 litros.
* Usemos siempre un recipiente para lavar la vajilla: si lo hacemos durante 15 minutos con el grifo abierto, estaremos gastando cerca de 240 litros de agua.
* Arreglemos con urgencia las roturas de grifos y cañerías. Si hay goteras, se pueden perder como mínimo 30 L diarios.
* Reguemos nuestro jardín durante las primeras o últimas horas del día, así evitaremos la pérdida de agua por evaporación. No lo hagamos en exceso, es suficiente cada 3 días en verano y cada 15 en invierno.
* Si espera que se caliente el agua para ducharse, emplee un recipiente para recoger el agua que cae y así la podrá usar para sus plantas, jardín o limpieza del hogar.

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