Frente al empeoramiento de la economía mundial y la crisis climática se está imponiendo una nueva gran idea: la recuperación verde. Desde Hu Jintao en China hasta Obama en EE.UU., la clase política empieza a darse cuenta de que una recuperación verde (invertir en combustibles renovables, la mejora del rendimiento energético y nuevas tecnologías) es la mejor manera de crear empleos y a la vez salvar el planeta.
La recuperación verde no es un mero sueño. EE.UU. se ha comprometido a invertir casi el 1% de su PIB en programas de recuperación sostenible. China también se puede estar poniendo a la cabeza: destinando más de un tercio de su gran paquete de estímulos económicos a inversiones “verdes”. Mientras, Corea del Sur se dispone a invertir dos tercios de su paquete en rendimiento energético, empleos verdes, transporte público y energías renovables.
La carrera global hacia un futuro más verde y limpio podría comenzar aquí. Pero si no logramos cambiar ahora hacia unas energías limpias, la recuperación económica corre el riesgo de resultar inútil ante un nueva subida brusca en el precio del petróleo en un par de años.
No solo Europa está en peligro. En abril próximo, las 20 mayores economías del planeta se reunirán en Londres para discutir planes mundiales de respuesta coordinada a la recesión económica. Al actuar ahora, podemos asegurar que la recuperación sostenible se convierte en una prioridad en su agenda económica, y situar a nuestros líderes en buen camino hacia un acuerdo climático en diciembre en Copenhague.
La recuperación verde no es un mero sueño. EE.UU. se ha comprometido a invertir casi el 1% de su PIB en programas de recuperación sostenible. China también se puede estar poniendo a la cabeza: destinando más de un tercio de su gran paquete de estímulos económicos a inversiones “verdes”. Mientras, Corea del Sur se dispone a invertir dos tercios de su paquete en rendimiento energético, empleos verdes, transporte público y energías renovables.
La carrera global hacia un futuro más verde y limpio podría comenzar aquí. Pero si no logramos cambiar ahora hacia unas energías limpias, la recuperación económica corre el riesgo de resultar inútil ante un nueva subida brusca en el precio del petróleo en un par de años.
No solo Europa está en peligro. En abril próximo, las 20 mayores economías del planeta se reunirán en Londres para discutir planes mundiales de respuesta coordinada a la recesión económica. Al actuar ahora, podemos asegurar que la recuperación sostenible se convierte en una prioridad en su agenda económica, y situar a nuestros líderes en buen camino hacia un acuerdo climático en diciembre en Copenhague.
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